Eclectisismo

     La confluencia del cambio político y social que trajo el surgimiento de la República en 1902 que dio lugar al período conocido como el de las “vacas gordas” y la base estética que fomentó el neoclasicismo da lugar al estilo Ecléctico (suma de estilos), que conceptualmente llegó para quedarse y hurgando en el pasado traer hasta nuestros días lo mejor del patrimonio arquitectónico de la humanidad, reinterpretado bajo nuevos códigos pero latente como la historia misma.

Capitolio de La Habana.

     En 1906 nace la Escuela de Arquitectura Cubana. El barrio La Muralla con Monserrate y el Parque Central da la dimensión de lo clásico pero con el aroma del eclecticismo, plasmado en edificios como la Manzana de Gómez, el Centro Gallego o Gran Teatro de La Habana, el Capitolio Nacional (1926-1929) y un conjunto de edificios como el Palacio Presidencial (1920), el Centro Asturiano (1928) y el Centro Catalán. Interiormente se decora con diferentes estilos en este sentido el Museo de Artes Decorativas es la joya del eclecticismo en Cuba.
     El sistema religioso se traslada de la Habana Vieja hacia el Vedado, se construye el sistema bancario y la Lonja del Comercio sin respetar las reglamentaciones que establecían la altura máxima de 3 plantas.
     En lo urbanístico las casas se reparan de las calles por medio de rejas y muros perimetrales que encerraban el jardín y a la casa; la escalera en ocasiones separa aún más la casa de la acera dándole alturas y en otros son las rampas y las entradas de los autos las que cumplen esta función. Aparecen las avenidas, el parterre, los palacetes y el chalet.